Había una pareja que era muy feliz, cuando la mujer se embarazó la alegría fue doble porque iba a tener niñas gemelas. Al nacer, las bebés eran adorables y les pusieron como nombres Violeta y Verónica. Como es obvio, las gemelas eran físicamente como 2 gotas de agua, pero de carácter no podían ser más desiguales: Violeta era perfecta, alegre, cariñosa, lista y Verónica era más bien tímida, triste, callada.
Aunque aparentaban llevarse bien y ser muy felices, la realidad era muy diferente. Una noche, los padres decidieron salir a cenar y dejar a las gemelas solas en casa por primera vez. "Yo me encargo de todo" dijo Violeta.
Como la niña siempre había sido muy responsable, los padre accedieron. Se fueron felices mientras las gemelas se quedaban con un montón de juguetes y viendo su serie de tv favorita. Poco después de medianoche los padres regresaron y cuando abrieron la puerta de la casa, escucharon a Verónica muy alegre cantando
"1, 2, 3, 4, a Verónica quieren ahora, 1, 2, 3, 4, Violeta se irá para no volver... ja,ja,ja".
Extrañados pero contentos, porque las niñas parecían divertirse, los señores entraron en el cuarto donde Verónica estaba cantando. Pero, ¿dónde estaba Violeta? De repente, vieron un charco de sangre debajo de la cama de su hija predilecta pero lo peor estaba por venir: al quitar la sábana vieron el cuerpo mutilado de la niña, mientras Verónica seguía tarareando.
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