viernes, 14 de diciembre de 2007

Judería de Sevilla

La matanza de la judería Sevillana (1391)

No puede dejar de relatarse en una enumeración de sucesos históricos de Sevilla, el dramático episodio de la matanza de la Judería Sevillana en el año 1391, Los datos de este trágico suceso figuran en la Historia de España de don Modesto Lafuente, en la Historia de la Ciudad de Sevilla de Joaquín Guichot, y en otros textos de indiscutible veracidad, y de nada sospechosa integridad moral. Aclaremos esto, puntualizando bien que no se trata de una página de la leyenda negra antiespañola, sino de un hecho cierto, comprobado, y relatado por serios y veraces historiadores, incluso sacerdotes.
En el año 1391, moriscos, judíos y cristianos convivían en armonía sin que las diferencias religiosas discreparan en modos desestabilizantes. Pero comenzó una corriente anti-judeo-morisca que provocó casi el exterminio de estas culturas. Ferrant Martínez (Fernando Martínez), Arcediano de Ecija, promulgó y convenció a los cristianos, entonces mayoría, de expulsar a judíos y moriscos provocando dificultades de convivencia, no respetando los derechos de las minorías musulmanas y hebreas adquiridos desde la conquista de Sevilla por San Fernando, que les dejó libertad en el culto de sus respectivas religiones.

Fernando Martines, Arcediano de Ecija tras varios intentos, fue contaminando de odio al populacho hasta que promovió un motín popular que en bandadas asaltaron el barrio de la judería saqueando tiendas e hiriendo y maltratando a los residentes. Ante el agravio acudió el Alguacil Mayor D. Alvar Pérez de Guzmán con sus alguaciles y los alcaldes mayores D. Fernando Arias de Cuadro y Rui Pérez de Esquivel. Algunos alborotadores fueron detenidos y castigados con azotes.

La tensión fue subiendo de tono ya que el Arcediano de Ecija excitaba cada vez mas los ánimos anti-hebreo-moriscos, hasta el punto que en una nueva invasión a la judería dejaron sin vida alrededor de 4000 personas. Este barrio físicamente encerrado entre muros del Alcázar y la muralla de la ciudad, solo tenia dos accesos, que fueron utilizados para la invasión sin posibilidad de escapatoria. En esta ocasión el populacho no se paró en saquear, sino que pasaron a cuchillo y dagas a cuanto se encontraban, persiguiéndolos por las estrechas calles de la Judería. Los pocos supervivientes tuvieron que salir de la ciudad, que en reclamo de sus derechos no lograron conseguir nada ya que el rey solo tenía 11 años. Cuando Enrique III cumplió la mayoría de edad para reinar, encarceló al Arcediano de Ecija dentro de sus primeros actos de regencia, y denunció con una importante multa al vecindario de Sevilla y a su Ayuntamiento. Fue la sanción tan elevada que costó diez años en abonarla, ya que no existía cantidad en metálico para afrontar el pago.

Algunos afectados terminaron regresando, pero de los casi 5000 hebreos y musulmanes, solo algunas decenas convivían en Sevilla. Es por ello que el decreto de los reyes Católico en 1492, con el que se expulsaban a los judíos de todo el reino, apenas tuvo repercusión en Sevilla debido a la limpieza étnica-religiosa que anteriormente se produjo.


viernes, 7 de diciembre de 2007

Salida y llegada de la vuelta al mundo "Magallanes y el Cano".

En Sevilla, en la otra orilla del río, actualmente Plaza de Cuba, existe una lápida con la indicación "Muelle de las Mulas", célebre puerto desde donde se realizaban gran parte de los embarques para las Indias. Desde allí zarparon el 10 de Agosto de 1519 cinco barcos, Trinidad, San Antonio, Concepción, Victoria y la Santiago, para intentar llegar a la Especería por el sur de América eludiendo así las posesiones portuguesas. Descubrieron el archipiélago de Las Filipinas y dieron la vuelta al mundo. Sería la primera vez que se ejecutara tal proeza. Tras veinticinco años de viajes al nuevo mundo se fueron adquiriendo nuevos conocimientos del planeta, y este viaje dejaría demostrado que el planeta era redondo.
Se organiza la expedición en Sevilla al mando del portugués Fernando de Magallanes, Duarte de Mendoza como segundo comandante y entre sus oficiales un vasco llamado Juan Sebastián el Cano, maestre de la Concepción y Juan de Cartagena con poderes similares a los de Magallanes. Tras visitar a la Virgen de la Antigua, patrona de los marineros emprendieron el viaje.
La partida definitiva fue el 20 de Septiembre desde Sanlúcar, donde se terminó de completar la tripulación, y la ruta elegida era la occidental aprovechando los conocimientos de los viajes anteriores hasta el nuevo mundo, contraria de las expediciones portuguesas para llegar hasta oriente, puesto que lo hacían bordeando el Cabo de Buena Esperanza al sur de África.
Cuando llegaron a Nueva Granada, actual Colombia, emprendieron hacia el Sur bordeando el continente, llegando el 13 de Diciembre a Río de Janeiro, primer lugar donde arriban a tierra, y siguieron hasta llegar al que llamaron Estrecho de Magallanes. Entraron en el Pacífico donde les fueron las cosas realmente mal a la expedición, puesto que en dos naufragios perdieron no solo dos barcos, sino la carga de víveres y armas que alojaban. La inseguridad y reducción de la flota provoca la rebelión de los marineros que optaban por el regreso, lo que produjo la pérdida de varios jefes obligando a Magallanes ahorcar algunos de los sublevados.
Cada vez se sumaban mas inconvenientes a la navegación, se desconocían esos mares y entraban en periodos de falta de vientos. En una ocasión sufrieron una calma chicha de cuatro meses, provocando la escasez de alimentos y la aparición del escorbuto, reduciéndose la tripulación a la mitad. Hasta que llegaron a duras penas al archipiélago de las Filipinas. Magallanes desembarcó con un grupo de hombres debilitados en busca de alimentos y agua, pero sin fuerzas fueron aniquilados por los habitantes de la isla.
Toma el mando Duarte de Mendoza. Reanuda la navegación y pierde otro barco en los arrecifes, y llegados a Cebú se repite la historia del desembarco anterior. Duartes de Mendoza y sus compañeros fueron muertos por los indígenas. Pasa al mando Juan Sebastián El Cano y reduce lo que quedaba de la flota a un solo barco, el "Victoria", con el que llegaron a Molucas, dando veracidad a la redondez de la Tierra al llegar al lugar del globo mas extremo donde habían llegado las expediciones portuguesas por la otra ruta, la oriental.
Cargaron barriles de clavo, canela y ámbar. y tras bordear el Cabo de Buena Esperanza, dos meses después de salir de Timor llegaron a Cabo Verde. Allí temerosos de los portugueses por el descubrimiento de la nueva ruta se apresuraron en llegar a España.
La nave Victoria con Juan Sebastián el Cano al mando, y solo 31 hombres de los 264 que partieron, llegó a Sevilla el 8 de Septiembre de 1522, tras 14.460 leguas, 79.530 kilómetros recorridos durante casi tres años. Tras desembarcar, Sebastián El Cano y su tripulación de espectros visitaron a la Virgen de la Antigua para agradecer el regreso, obsequiándoles así la gloria de ser los primeros en dar la vuelta al Mundo.
El Emperador Carlos I otorgó a Juan Sebastián El Cano un escudo nobiliario como privilegio, en el que constaba el globo terráqueo rodeado de la escritura "Primus circundedisti me", "Fuiste el primero que me circundó".


miércoles, 5 de diciembre de 2007

Los Seises de Sevilla.

Existían unas fiestas denominadas "El Obispillo", en el que los niños que formaban el coro ejercían un especial protagonismo. El Concilio de Trento dio fin a esta festividad prohibiéndola, pero el Cabildo de Sevilla oponiéndose a su desaparición, consiguió del Papa que al menos el baile de los niños siguiera interpretándose. En la imagen vemos un óleo sobre lienzo de J. M. Sánchez de 1948 que representa una lección de Seises.
Los Seises, cantan y bailan en la Catedral de Sevilla el día del Corpus Christi, en el que usan una vestimenta de color rojo y oro, que contrastan con el usado en el día de la Inmaculada que lo hacen de azul y oro. En total son tres actuaciones en el año, la octava de la Inmaculada, el triduo de carnaval y la octava del corpus. Lo forman un grupo de 10 niños por lo común (realmente seises significa grupos de seis), y actúan durante la celebración de la misa.



martes, 4 de diciembre de 2007

Torre de Don Fadrique

El rey Fernando III enviudó de su esposa Doña Beatriz de Suabia, y a su avanzada edad formó matrimonio con la hermosa y joven Doña Juana de Pointhieu descendiente de la familia real francesa, la cual enviudó pronto debido a la muerte de Fernando III.
La entonces reina residía en el Alcázar de Sevilla, a donde llegó el Infante Don Fadrique, hijo del difunto Fernando III y por lo tanto hijastro de Doña Juana. La edad de ambos difería en dos años, 25 y 27, y la atracción entre ambos se produjo. Los encuentros entre ambos eran continuos, y en la época se pensó que la torre que construyó Don Fadrique para reforzar la seguridad, realmente era para alojar los encuentros de la reina y el infante. Ni la nobleza ni el pueblo aceptaba esta relación, lo que produjo que la reina viajara a Francia.

El entonces rey Alfonso X, hijo de Fernando III y hermano del Infante Don Fadrique, autorizó procesos contra este obligado por la nobleza y el clero. Acusado de ofenda real al tener amores ilícitos con la viuda del ex rey y madrastra de si, fue condenado a muerte siendo ejecutado en Toledo.

El escenario de esta relación fue sin duda la llamada Torre de Don Fadrique, que está situada en el casco histórico de Sevilla, justamente en los jardines del convento de Santa Clara, y como se dice en esta tierra, en "intramuros", vocablo con el que se hace constar la referencia de que algún lugar está situado entre las murallas que defendían la ciudad. Su construcción data del año 1252, siendo su artífice el Infante Don Fadrique, hermano de Alfonso X el Sabio y ambos hijos de Fernando III el Santo.

Su diseño presenta una altura de tres plantas levantadas encima de un amplio zócalo y rematada en azotea con almenas. Es una estructura cuadrada de diez metros de lado aproximadamente con una puerta de estilo románico. Está protegida según declaración del Decreto del 22/04/1949, y la Ley 16/1985 en referencia al Patrimonio Histórico Español. La Junta de Andalucía la incluyó en el reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de
Andalucía.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Hombre de Piedra

Esta leyenda figura en una lápida escrita en caracteres antiguos en la Plaza del Salvador, esquina a calle Villegas junto una cruz de gran tamaño, la Cruz de Polaineros. En la leyenda, en el siglo XV el rey don Juan II dicta que toda persona se arrodille al paso del Santísimo Sacramento aunque estuviese en el barro, al igual que si fuera moro mayor de catorce años. Como castigo perderían la cabalgadura o las vestiduras. Una vez entendida esta ley podemos narrar la leyenda que acontece al por qué, en el barrio de San Lorenzo, se llamó a una calle Hombre de Piedra, puesto que desde el siglo XIII al XV la calle se denominó Buen Rostro.
Dice la leyenda que en esta calle había una taberna, y al oír los rezos de la comitiva del Santísimo Sacramento que se acercaba camino de dar la extrema unción a un enfermo, los bebedores de la taberna salieron y se arrodillaron al paso de la comitiva. Entre estos cliente se encontraba Mateo "el Rubio", que en alarde de incredulidad y mostrándose como el mas valiente y matón de la zona, trató demostrar a los otros que se arrodillaban como mujeres y pregonó que él no se arrodillaba. ...Y allí permaneció para siempre convertido en piedra y hundido hasta la rodilla en el suelo debido a un rayo que le cayó. Quedó petrificado por pecador blasfemo que se atrevió desafiar a Dios. Debido a este escarmiento desde el siglo XV la calle se llamó Hombre de Piedra, donde aún existe la estatua ya desfigurada por el tiempo.
Aclaración arqueológica: Actualmente la verdadera interpretación es que existía una estatua romana, que los árabes mantuvieron señalando unos baños públicos y que ha resistido hasta nuestros días.

Cabeza del rey Don Pedro.

Nos cuenta una de las múltiples leyendas protagonizadas por el rey Don Pedro I, que en un recorrido nocturno por la ciudad, según algunos, motivado por un lío de faldas, descargó su ira con el hijo del Conde de Niebla, con el cual se batió hiriéndole de muerte, ya que este era partidario del hermano bastardo del rey para que ocupara el trono. El batir de las armas despertó la curiosidad de una anciana, vecina de la calle donde ocurría la acción. Al alumbrar con el candil observó al protagonista, que se destacaba por ser blanco, rubio, ceceaba al hablar y les sonaban las rodillas al andar. Estos rasgos eran conocidos en la ciudad, por lo que no dejaban dudas. La anciana, ante el estupor de lo visto se apresuró a cerrar la ventana cayendo el candil a la calle junto el cadáver, lo que motivó que las autoridades la llevaran a la presencia del rey, que en acción de justicia prometida a los Guzmanes, familiares del fallecido, les dejó claro que cortaría la cabeza al malhechor y la expondría públicamente. Ante las preguntas hechas en interrogatorio a la anciana, aunque era reacia a contar lo sucedido por aludir al rey, terminó confesando lo que presenció, y cuando llegó la pregunta de que dijera su nombre contestó "El Rey". El asunto se liquidó cortando la cabeza a una estatua del rey, que fue expuesta públicamente tal como se prometió. La cabeza estuvo depositada en una hornacina que actualmente existe en la denominada desde entonces calle de Cabeza del Rey Don Pedro. Así mismo la calle cercana donde tuvieron protagonismo los hechos recibió el nombre de Candilejo, en recuerdo al candil que propició el encuentro de un testigo para aclaración del desenlace.









La Maldegollada

Cuenta esta leyenda un hecho que por el tumulto ciudadano que provocó ha llegado hasta nuestros días. Ocurrió allá por el año 1624 en Sevilla, en la actual calle Hernando Colón, entonces dividida en dos tramos: calle Tundidores si entramos por calle Alemanes y calle Alcaicería de la Seda si entramos desde San Francisco.

Bien, pues en calle Alcaicería de la Seda, en la acera izquierda según entramos desde San Francisco, vivía un sastre llamado Cosme casado con una joven mujer, Manuela Tablantes. Tenían contratado a un joven mancebo llamado José Márquez, el cual mantenía ilícitas relaciones amorosas con Manuela a espaldas de su marido Cosme.

Durante el trabajo cotidiano, el joven Márquez aprovechaba cualquier ocasión para visitar a su amada en la estancia de esta en el piso superior, como pudiera ser el motivo de la falta de hilo o cualquier utensilio. Tanto se prodigó esta situación, que Cosme un día subió al primer piso y presenció atónito la escena de adulterio.

Cosme salió a la calle, y maldiciendo y llorando enseguida llegó a la Real Audiencia que estaba cerca. Las leyes de entonces, diferentes a las actuales, contemplaban que una vez pasado el acaloramiento del marido ultrajado, solo podía denunciar el hecho y así exigir incluso la pena de muerte para ambos en vez de ejecutarlos él mismo, acto que pudo ocurrir durante el trance en que Cosme sorprendió a la pareja.

Cosme, rencoroso, rechazó las peticiones de clemencia protagonizadas por amigos, familiares, e incluso la propia Real Audiencia. Y el 22 de Octubre de 1624 se confirmó la sentencia de muerte en la horca y en racimo para estos casos. El mismo día por la tarde se dispuso según costumbre a construir el cadalso en la Plaza San Francisco.

El ajusticiamiento de Manuela y Márquez provocó tumultos en la ciudad, no siendo aceptado a nivel popular, y jóvenes estudiantes durante la noche quemaron las instalaciones para la ejecución. Esto volvió a ocurrir en la noche siguiente, nuevamente se quemó el cadalso, hasta que por fin el jueves se dispuso vigilancia mediante soldados en los accesos a la plaza. Se construyó un cadalso mas alto para que el viernes se celebrara el cumplimiento de la ley según orden a las diez de la mañana.

Una vez llegado el momento de cumplir sentencia, por el arquillo del Ayuntamiento que comunicaba con el convento de San Francisco situado entonces en la Plaza Nueva actual, apareció una comitiva de frailes franciscanos que se disponían abortar la ejecución. Los soldados no dejaron avanzar la comitiva, pero aprovechando el tumulto unos cuantos de franciscanos accedieron hasta Cosme, y un corpulento fraile en un gran abrazo de amor a Cosme, le metió el crucifijo en la boca y gritó que por fin Cosme perdonó. Cosme con un dedo que le quedaba libre decía que no, pero no lo veía nadie. Lo que si se oía era la voz del corpulento fraile Padre Soto gritar ¡Ha perdonado! ¡Ha perdonado!

Los estudiantes se abalanzaron hacia el cadalso, el regente de la Real Audiencia hizo gesto de irremediable, y el asistente ordenó a la tropa no intervenir. Los estudiante arrebataron de la horca a los sentenciados y se los llevaron a hombro como triunfo al convento de San Francisco. Cosme quedó solo en la grada, la tropa se marchó y la gente regresó a sus casas.

Cuando se enfriaron los ánimos, la Real Audiencia reclamó los reos al convento, y exigió a Cosme que perdonase las vidas para evitar conflictos públicos. Márquez fue castigado durante una temporada a galeras, y Manuela ingresada en un convento. Pero pronto salió Manuela y volvió a sus andadas alegres, y es por lo que la decían "La Maldegollada"

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Doña Mª Coronel y el rey Pedro I

Cuenta la leyenda que Doña María Coronel, tras la muerte de su esposo se apartó de la vida que hasta entonces llevaba llorando su desgracia. Por entonces regía Pedro I el cruel y estaba afincado en la ciudad de Sevilla, el cual mostraba un gran interés por conquistar a Doña Maria, tratando de conseguirla por cuantos medios estuvieran a su alcance. Doña Maria, sin poder resistir mas, optó por enclaustrase en el convento de Santa Clara pensando que Don Pedro desistiese. Pero fue localizada por este, que envió emisarios para convencerla sin conseguirlo. Doña María, ante semejante asedio, derramó aceite hirviendo en su propio rostro desfigurándose totalmente y alejar a Don Pedro, lo cual dio resultado.
Doña Maria Coronel vivió hasta los 73 años, y en su haber figura la fundación del convento de Santa Inés, donde murió. Fue momificada y su cuerpo incorrupto se expone al público el 2 de Diciembre para veneración de sus fieles.

martes, 20 de noviembre de 2007

La bella Susona

Los hechos acaecidos en Sevilla en el año 1391, en que se persiguió hasta la muerte de aproximadamente 4000 personas por cristianos convencidos por Ferrant Martínez (Fernando Martínez), Arcediano de Ecija. Provocó el sentimiento de venganza consiguiente conspirándose una sublevación entre los que se encontraban altos cargos de la ciudad.

Diego Susón era uno de los conspiradores. Tenia una bella hija conocida como "la hermosa hembra", que a espaldas de su padre era amante de un ilustre caballero cristiano. En la espera de que se fuera a dormir su padre para acudir a escondidas a su cita con el heráldico caballero, escuchó las palabras que en reunión decían los conspiradores en preparación del plan a seguir, y en el que se incluía la muerte de su amante.

Una vez terminada la reunión y acostado Diego Susón, la bella Susona acudió a la cita y reveló a su amante el contenido de la conversación. Inmediatamente el caballero informó al Asistente de la ciudad Diego de Merlo, que con sus mejores alguaciles y de mas confianza, recorrió las calles visitando los domicilios y haciendo presos a los participantes del intento de sublevación. Estos fueron ajusticiados en la horca unos días después.

El mismo día de la muerte de Diego Susón, su hija, "la hermosa hembra" en reflexión, convencida de que traicionó a su padre por favorecer a su amante, y atormentada, acudió a la Catedral pidiendo confesión. Le atendió Reginaldo Romero, obispo de Tiberiades y también Arcipreste, quien la bautizó y le dio la absolución, aconsejándole como penitencia retirarse a un convento. Así lo hizo hasta sentirse tranquila de espíritu y volvió a su casa llevando una vida cristiana y ejemplar hasta su muerte.

Cuando abrieron el testamento de Susona encontraron una cláusula que decía "Y para que sirva de ejemplo a las jóvenes y en testimonio de mi desdicha, mando que cuando haya muerto separen mi cabeza de mi cuerpo, y la pongan sujeta en un clavo sobre la puerta de mi casa, y quede allí para siempre jamás".

Su deseo se cumplió, y su cabeza estuvo expuesta desde finales del siglo XV hasta entrado el año 1600. Por ello el antiguo nombre de calle Muerte hasta el siglo XIX en que se cambió el nombre de la calle por el de Susona que actualmente existe.

Esta leyenda es un hecho rigurosamente histórico, se conocen los nombres de los participantes a la reunión, incluso frases promulgadas por Diego Susón en su traslado al patíbulo según hay constancias por testigos presenciales.


viernes, 16 de noviembre de 2007

Cristo del cachorro.

Existía una hermandad creadas a finales del siglo XVI motivada por una imagen de una Virgen que encontraron en un pozo (supuestamente salvandose de alguna invasión). Esta hermandad se unió a otra que nació años más tarde y que se llamaba Hermandad del Patrocinio, naciendo asi la nueva hermandad de la sagrada Expiración de nuestro señor Jesucristo y María Santísima del Patrocinio.

Una vez constituida la hermandad llega el momento de proveerla de imágenes. El escultor Francisco Ruiz Gijón fue el elegido, para confiarle la imagen del Señor de la Expiración, por ser por entonces el escultor mas diestro de Sevilla,. Durante varios meses estuvo trabajando para modelar un cristo que destacara de los existentes en la ciudad, tallados por verdaderos genios como Martínez Montañés, Juan de Mesa, etc.

Para Francisco Ruiz Gijón llegó a convertírsele en una obsesión la falta de un modelo o inspiración para representar en la escultura de la talla. Hasta que un día, incluso medio enfermo, salió a la calle en busca de alguna motivación y la encontró. Precisamente al otro lado del río, en Triana, en la llamada Cava (lugar de chozas habitadas por gitanos), un jinete a caballo le sobrepasó velozmente, y un alboroto de gente acompañado de voces y lamentos llamó su atención desde el lugar de procedencia del jinete. Y ahí estaba, un hombre de unos treinta años, de etnia gitana, alto y delgado, con todo el sufrimiento de la agonía representada en su rostro. Ruiz Gijón plasmó este trance en láminas con dibujos y bocetos mientras este hombre moría encontrando así de modo cruel su inspiración. Su modelo, un hombre al que denominaban el Cachorro, que fue muerto probablemente en un ajuste de cuenta por amores mantenidos en la otra orilla del río donde periódicamente desaparecía durante días.

Poco tardó Ruiz Gijón en trasladar a la madera exactamente esa expresión de la agonía. Y cuando salió en procesión por primera vez el Cristo de la Expiración por las calles de Triana el Viernes Santos, todos reconocieron al Cachorro, aquel hombre cantaor al que mataron en La Cava de Triana, y al que Francisco Ruiz Gijón convirtió su imagen en el mas dramático y hermoso de los cristos incrementado así el tesoro escultural de la Semana Santa de Sevilla. Es por lo que este Cristo tiene el sobrenombre de El Cachorro

.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Emblema del Ayuntamiento de Sevilla.

Dice una leyenda, que ante la mala gestión financiera ejercida durante el gobierno de Alfonso X, que arruinó la hacienda y empobreció al pueblo. Su hijo Sancho, apoyado y reconocido como nuevo rey por todas las ciudades, alzó las armas para sustituir a su padre, que refugiado en Sevilla gozaba de la fidelidad de esta ciudad, única a favor de Alfonso X. Este proceder fue respetado por Don Sancho, y permitió que así fuese hasta la muerte de su padre. Por tal motivo de fidelidad, le fue entregado a la ciudad de Sevilla este emblema por parte de Alfonso X en las postrimerías de su vida, el cual expresaba el reconocimiento al comportamiento de la ciudad. El emblema lo reconocía así: "Sevilla no me ha dejado", que en el habla de la ciudad se pronuncia "No ma dejado", lo cual fue representado por las silabas "No y Do" y una madeja en el centro, resultando "No-madeja-Do", o sea "NO-8-DO". Este emblema ha estado presente en el escudo de la ciudad, donde figuraba también San Fernando, rey castellano conquistador de la ciudad a los árabes, San Leandro y San Isidoro. Actualmente el emblema "NO-8-Do" figura solo en la bandera y escudo de la ciudad de Sevilla.
Alfonso X El Sabio, hijo de Fernando III el Santo y Beatriz de Suabia, nace en Toledo en 1221 y muere en Sevilla en 1284, En 1244 conquista en nombre de su padre el Reino de Murcia, fue rey de Castilla y León del 1252 al 1284 y de las tres religiones, hebrea, cristiana y musulmana. Contrajo matrimonio con Violante, hija de Jaime I de Aragón.
Nada más subir al trono Alfonso X devaluó la moneda para restaurar la decaída economía castellana, lo que provoca continuas sublevaciones nobiliarias y el fracaso de su política exterior.

miércoles, 31 de octubre de 2007

Calle Sierpes

Sería mas correcto el nombre de "Calle de la Sierpe", pero en sus origines desde la reconquista por el rey San Fernando, se llamó "calle de Espaderos", por existir en ella un hospital y hermandad que construían espadas. Como calle de la Sierpe llegó a ser universalmente famosa a partir del siglo XV al constar en los relatos de obras de escritores de renombre como Cervantes (Comedia "El rufián dichoso") y otros. Exactamente no sabemos cuando se cambió el nombre. El ilustre Luis Montoto atribuye el nombre a que en esta calle residía Don Álvaro Gil de la Sierpe. También aseguraban que había una barbería-botica siendo la sierpe un símbolo usado de desangradores. Otra posibilidad, la existencia del Mesón de la Sierpe, etc. En todo caso era como hoy lo es, una de las calles mas concurrida por sus comercios y tratantes, así como calle de paso en pleno centro de la ciudad.

Lo que si destacaron fueron unos hechos ocurridos a finales del siglo XV. Periódicamente desaparecían niños no volviéndose a saber mas de ellos. Lo mismo desaparecían durante la noche en sus casas, que no volvía de sus juegos por la calle, lo que promovía todo tipos de supuestos e interpretaciones. Hasta que un día alguien alertó a don Alfonso de Cárdenas, Comendador de León, quien regentaba la ciudad por entonces. No quiso dar su nombre hasta estar seguro de una recompensa recibida por escrito, la de su libertad, don Alfonso de Cárdenas asintió y mandó al escribano a hacer su trabajo. Fue entones cuando dio su nombre y procedencia. Era Melchor de Quintana y Argüeso, bachiller en letras por estudios de Osuna (tercera universidad de España tras Salamanca y Sevilla), reo fugitivo condenado por participar en una rebeldía contra el rey obedeciendo a su señor el duque de Arcos quien le dejó en la estacada, fue detenido y trasladado de Marchena a la cárcel de Sevilla situada entonces en la misma calle Espaderos hoy Sierpes. Una vez huido de la cárcel mediante excavación aprovechó las galerías subterráneas con las que topó por casualidad. Estas galerías o cloacas recorren el subsuelo de la ciudad y datan de época romana y musulmana, y Melchor buscando la salida de la ciudad se encontró con el ladrón de niños.

Una vez firmado el documento de libertad, solo quedaba canjearlo por el autor de las desapariciones. Melchor aseguró que le mató dos días atrás en su huida de la cárcel y condujo a don Alfonso con su grupo de hombres armados, y una vez bajo la calle Espaderos encontraron muerto al ladrón de niños con una daga clavada hasta el puño. En efecto, era el causante de las desapariciones, restos de huesos desperdigados lo confirmaban. El monstruo era una serpiente del grosor de un hombre, cuyo cadáver fue expuesto en la misma calle Espaderos. De todos los barrios venían a verla, y en los relatos tanto se mentaba la calle de la sierpe que terminó por borrar en nombre anterior.

El bachiller Quintana se afincó en Sevilla, haciendo valer juntamente con sus letras su valentía, ocupando un puesto honroso que le dieron provecho y autoridad, y unos meses después se casó con una hija del mismo don Alonso de Cárdenas.