martes, 26 de febrero de 2008

El suspiro del Moro (Granada)

Tras arrebatar el último reducto de la dominación musulmana a Boabdil, el rey moro y su séquito fueron desterrados de Granada y les fue cedido un pequeño territorio en las áridas Alpujarras, donde aguantarían aún unos años.

La caída de Granada se debió a la despreocupación de Boabdil por la defensa de Granada y su afinidad a las fiestas y al ocio. Es en el momento de la entrega de la llave de la ciudad a los Reyes Católicos, cuando Boabdil rompe a llorar, y será su propia madre quien le dirá: "No llores como mujer lo que no has sabido defender como hombre".

Camino a su destierro, Boabdil no osó girar la mirada hacia Granada, y sólo cuando estuvo a mucha distancia, sobre la colina conocida por El Suspiro del Moro se detuvo y observando por última vez su palacio... suspiró.