miércoles, 4 de junio de 2008

Alarama a las ocho


ESTA ES LA HISTORIA DE ÁNGEL, UN CHICO INGRESADO EN EL HOSPITAL A CAUSA DE UNA EXTRAÑA ENFERMEDAD POR LA QUE NO TOLERA LOS ALIMENTOS

Esta es la historia de Ángel, un chico de catorce años, que llevaba unos días en el hospital porque vomitaba todo lo que comía y tenía mucha fiebre. En el hospital le hicieron muchísimas pruebas buscando una causa. La madre sospechaba de un envenemiento, pero ningún médico supo decir qué tenía. ¡Sólo tenía catorce años y no había comido nada en días!. Su cuerpo no lo toleraba.

El ocho de abril de aquel año, su tía, nerviosa e impaciente porque los médicos llenaban a su sobrino de pastillas y no le curaban ni conseguían averiguar qué le ocurría, decidió irse del hospital y visitar al que fuera su pediatra durante años.

La madre salió a dar una vuelta por los pasillos del hospital mientras Ángel hablaba con su hermano y la novia de éste.
- Me voy a morir.
- No digas eso, -le dijo la futura cuñada- aún tienes que venir a nuestra boda.

Cuando la madre llegó, no quisieron decirle nada y les dejaron a solas. Angel tomó su reloj, puso la alarma y le dijo a su madre que dejara el reloj sobre la mesilla. La madre se giró, y la alarma sonó.

En ese mismo instante a su tía se le bloqueó el volante en la misma puerta del hospital. Un hombre que apareció de la nada le dijo unas palabras muy misteriosas, y acto seguido ella alzó la mirada y el tipo ya no estaba. El hombre y el bloqueo del volante le hicieron reaccionar y salió rauda del coche para entrar de nuevo en el hospital.

Cuando llegó a la habitación, todos lloraban.

Al sonar la alarma que Angel había puesto a las ocho el día ocho de abril, su alma abandonó su cuerpo, y su madre lo supo desde el mismo instante en que oyó el primer pitido.

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