viernes, 16 de noviembre de 2007

Cristo del cachorro.

Existía una hermandad creadas a finales del siglo XVI motivada por una imagen de una Virgen que encontraron en un pozo (supuestamente salvandose de alguna invasión). Esta hermandad se unió a otra que nació años más tarde y que se llamaba Hermandad del Patrocinio, naciendo asi la nueva hermandad de la sagrada Expiración de nuestro señor Jesucristo y María Santísima del Patrocinio.

Una vez constituida la hermandad llega el momento de proveerla de imágenes. El escultor Francisco Ruiz Gijón fue el elegido, para confiarle la imagen del Señor de la Expiración, por ser por entonces el escultor mas diestro de Sevilla,. Durante varios meses estuvo trabajando para modelar un cristo que destacara de los existentes en la ciudad, tallados por verdaderos genios como Martínez Montañés, Juan de Mesa, etc.

Para Francisco Ruiz Gijón llegó a convertírsele en una obsesión la falta de un modelo o inspiración para representar en la escultura de la talla. Hasta que un día, incluso medio enfermo, salió a la calle en busca de alguna motivación y la encontró. Precisamente al otro lado del río, en Triana, en la llamada Cava (lugar de chozas habitadas por gitanos), un jinete a caballo le sobrepasó velozmente, y un alboroto de gente acompañado de voces y lamentos llamó su atención desde el lugar de procedencia del jinete. Y ahí estaba, un hombre de unos treinta años, de etnia gitana, alto y delgado, con todo el sufrimiento de la agonía representada en su rostro. Ruiz Gijón plasmó este trance en láminas con dibujos y bocetos mientras este hombre moría encontrando así de modo cruel su inspiración. Su modelo, un hombre al que denominaban el Cachorro, que fue muerto probablemente en un ajuste de cuenta por amores mantenidos en la otra orilla del río donde periódicamente desaparecía durante días.

Poco tardó Ruiz Gijón en trasladar a la madera exactamente esa expresión de la agonía. Y cuando salió en procesión por primera vez el Cristo de la Expiración por las calles de Triana el Viernes Santos, todos reconocieron al Cachorro, aquel hombre cantaor al que mataron en La Cava de Triana, y al que Francisco Ruiz Gijón convirtió su imagen en el mas dramático y hermoso de los cristos incrementado así el tesoro escultural de la Semana Santa de Sevilla. Es por lo que este Cristo tiene el sobrenombre de El Cachorro

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