El miedo se cebo sobre Laroya, todo era misterioso. Llegaron expertos de todas partes de España, entre ellos un experto del Instituto sismológico de Almeria.
El 30 de junio de 1945los expertos en diferentes campos realizaron un informe diciendo:
Los sucesos no han sido originados por actividad volcánica, ni por trastornos geológicos que hayan dado lugar a desprendimiento de materias en ignición no gases inflamables. El origen de los incendios no se halla en manifestaciones internas ni en la superficie del terreno. Tampoco cabe achacar la causa a fenómenos eléctricos ni a la ionización de la atmósfera, ni a efectos térmicos de radiaciones solares. En resumen, no hay una causa definida a la que pueda achacarse todos los sucesos ocurridos y debe desecharse, desde el primer momento, toda sospecha de que hayan sido provocados por la mano del hombre.
Nadie murió de forma directa por estos fuegos misteriosos, aunque la niña no pudo olvidar aquellas llamas que prendieron su ropa sin motivo y quizás fue debido a esto que terminó suicidándose ingiriendo veneno. Pese a esta gran desgracia en la familia, no fue la única. La hermana mayor se arrojó al vacío desde un cerro y otro hermano se ahorcó.